Debería pedírseles a los que enseñan lengua y literatura, acabar con los mitos que rondan la galería de nuestra literatura patria. Claro, para eso hay que conocer bien la literatura y a los jóvenes. Porque cuando se conoce bien se enseña adecuadamente.
Hoy Lorca no interesa a los jóvenes porque se muestra a un poeta cursi, pomposo y demasiado infantil, que no conecta con nuestros jóvenes.
Para empezar con buen pie se debe desenterrar al poeta de una historia mal contada y sacudirle los mitos de encima.
Tanto daño ha hecho el que ha contado anécdotas biográficas que nos sirven en plato frío a un poeta feliz y banal, como la concepción frívola, quizá producto de lo anterior, de su literatura, una literatura limitada a la gracia, al juego de juntar versos de colores y al folclore.
En la visión del poeta adolescente de la Residencia pudiera estar la clave para entender lo que se hecho con el poeta y empezar a vislumbrar el alcance real de su poesía. De los primeros años literarios del poeta en Madrid cuentan algunos, lamentablemente, la historia de un poeta feliz, seguro, sociable y triunfador. Visión sencilla y tópica de un Lorca al alcance de la mano. El Lorca de una pieza, fácil y sencillo para que quepa en los libros de secundaria.
Pero discurramos, ¿cómo puede ser feliz un poeta que vive el conflicto interior (sexual y caótico) del que es preso el adolescente que hay en él?
El propio poeta nos echa una mano porque contradice en su Libro de poemas de 1921 a los que lo describen así. En su libro, que recoge algunos poemas de su adolescencia a caballo entre Granada y Madrid, nos encontramos a un poeta, todavía adolescente, inadaptado, inseguro y triste. Una incipiente hondura de lo trágico acompañada de una rebeldía, esto último, por otra parte, propio y típico de la juventud literaria española de 1920. Esto es interesante para la comprensión de su obra posterior porque el poeta madurará la visión trágica; de lo juvenil, permanecerá en él, lo inadaptado.
Muchos han hablado de un libro, el Libro de poemas de 1921, como uno para niños. Convirtiendo injustamente al poeta en un poeta ocioso y feliz que escribe sólo para alevines literarios. Mito que se extiende alcanzando a toda su obra para quienes no la conocen y que impide por desinterés a otros acercarse a ella. Leamos con detenimiento sabiendo que nos llevará trabajo y tiempo comprender al poeta de Romancero gitano. Pero aún será preferible a una lectura simplista que acabará con la defunción literaria por desinterés. Mito que hay que desenterrar de la literatura desde su cuartel, el aula.
En “Alba” fechado en Granada en abril de 1915 el poeta enseña ya su tristeza y la dualidad oscuridad/claridad en términos éticos que desarrollará posteriormente en un poeta técnicamente más maduro.
"ALBA"
Mi corazón oprimidosiente junto a la alborada
el dolor de sus amores
y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
semillero de nostalgias
y la tristeza sin ojos
de la médula del alma.
La gran tumba de la noche
su negro velo levanta
para ocultar con el día
la inmensa cumbre estrellada.
¡Qué haré yo sobre estos campos
cogiendo nidos y ramas,rodeado de la aurora
y llena de noche el alma!¡Qué haré si tienes tus ojos
muertos a las luces claras
y no ha de sentir mi carne
el calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
en aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
como una estrella apagada.
(Federico García Lorca, De Primeros poemas)
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