"Sé joven y cállate"

jueves, 11 de febrero de 2010

Julio Cortázar y el tebeo

LA HISTORIETA


A medio camino entre la artesanía y la producción en masa está el tebeo. Mucha gente se pregunta -¿Es literatura, cine, pintura o todos las artes reunidas?- Nada de esto. Es un género narrativo específico que se desarrolla a través de la palabra y del dibujo. Donde la imagen tiene igual fuerza que la palabra.


El arte del tebeo es arte propio porque ha conseguido alcanzar un código narrativo único. Si en un pasado se alimentara de otras artes como la literatura o la pintura para llegar finalmente a completarse, hoy, estas artes consiguen traspasar sus líneas formales gracias a él. No es extraño observar en la gran pantalla la adaptación de historietas de tebeo usando incluso su propio lenguaje narrativo. Lo que había hecho el tebeo con la novela, lo hacía el cine ahora con el tebeo. Es más, también hoy, son muchos los autores literarios que se declaran adeptos a él y no dudan de apropiarse no sólo de su lenguaje particular sino que, narran sus historias a través del tebeo.


El arte del tebeo es un arte extendido entre la juventud. Aunque los datos no son precisos podemos decir que en España hay un gran número de lectores jóvenes de tebeos. Aunque aún, según he estado averiguando, son menos de los deseados tanto en lectores jóvenes de tebeos como asimismo en lectores de novelas. Aún con todo esto los jóvenes adolescentes son los lectores más frecuentes de la población española en todos los márgenes de edad. Leen con frecuencia novelas y tebeos, aunque no quiere decir que los que lean novelas lean tebeos y también viceversa. No todo va a ser número, porcentaje, estadística y tiradas de millares de ejemplares. En su naturaleza misma, el tebeo esconde un tesoro. La fuerza de la imagen y la necesidad de la acción para narrar una historia proporcionan al lector capacidad de síntesis; la lectura de la historia despierta pensamiento crítico y con él, creatividad.

LA HISTORIETA DE FANTOMAS

Allá por los años 70, Julio Cortázar, escritor argentino, formaba parte del Tribunal Russell II, un grupo internacional de artistas, pensadores, teólogos, científicos y políticos. Este grupo estudiaba los peligros del intervencionismo estadounidense en los países subdesarrollados. En Bruselas, donde se reunía el Tribunal, Julio Cortázar se planteó junto a otros miembros como Gabriel García Márquez si habría algún medio de comunicación lo suficientemente masivo a través del cual se difundiera por toda América Latina la resolución del Tribunal. Ésta era: el peligro que suponía para el desarrollo económico y social de los países latinoamericanos el poder de las grandes multinacionales norteamericanas y las violaciones de los derechos humanos por los dictadores, marionetas impuestas por los Estados Unidos. Si esto era posible ¿Cómo hacerlo? es decir ¿Cómo despertar la conciencia de tantos millones de jóvenes latinoamericanos?



Era el año 1975 y para ello Julio Cortázar pensó en la fuerza que tenía el tebeo. Un año antes, en 1974, el dibujante Alberto Cedrón le había propuesto precisamente la realización entre ambos de una historieta que ilustrase la realidad argentina de 1974 a lo que Julio Cortázar había dicho que sí pero el proyecto un año después no había salido todavía. No importaba puesto que ya tenía clave, al igual que otros intelectuales de la época, había encontrado en el tebeo su arma creativa perfecta para la difusión ideológica. Esa historieta junto al argentino Alberto Cedrón se llamaría La raíz del Ombú, una alegoría a la historia de Argentina que aunque estaba lista en 1981 permaneció inédita hasta hace unos pocos años.

Sin embargo, en 1977, Julio Cortázar sí pudo publicar una historieta. Ésta la llamó Fantomas contra los vampiros multinacionales.

El personaje Fantomas había nacido, como tantas otras cosas fantásticas, en París en 1911 de las manos de Pierre Souvestre y Marcel Allain. Este personaje, al que no se le conoce el rostro, es el villano de la historia, una especie de antihéroe refinado, elegante e intelectual. Este personaje reapareció en México con un lavado de cara: Fantomas se había convertido en héroe.

Julio Cortázar conoció a Fantomas porque alguien cercano le había dado una historieta en la que aparecía el héroe al que unos intelectuales, entre ellos el mismo Julio, pedían ayuda para resolver el misterio sobre la desaparición misteriosa de libros. El escritor de Rayuela aprovechó para, cambiando el argumento, poder divulgar la sentencia del Tribunal Russell II por toda América Latina.




En una entrevista a TVE Julio Cortázar cuenta la historia de Fantomas. Comienza en el minuto 3. Así que no desesperes.








Julio Cortázar, siempre premonitorio y nunca casual, dio de pleno. Cambió la novela por el tebeo y acertó. Muchos latinoamericanos accedieron a conocer la sentencia del Tribunal gracias a la historieta de Fantomas y a las fantásticas ventajas del tebeo.


Después de conocer, quizás un poco más, la historia del tebeo estaría bien hacerle un hueco en el aula o en tu vida. Si quieres aprender a realizar un tebeo o bien quieres saber algo más acerca de sus características puedes pinchar aquí. Detrás del enlace se esconde un recurso didáctico bastante completo.

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